Retrasos en los vuelos y carreteras colapsadas por la nieve nos han complican un viaje que ha durado 30 horas.
Llegar a Kastamonu se ha convertido en una auténtica odisea. Hemos tardado más de treinta horas en llegar al hotel de concentración, que aún se encuentra a una hora de distancia por carretera del circuito donde mañana se disputará la Copa de Europa de clubes.
Parte del equipo salió a las ocho menos cuarto de la mañana de Loiu hacia Madrid para encontrarse con el resto de la expedición (excepto Lidia Rodriguez que lo hizo vía Barcelona). Los problemas comenzaron en Barajas con un retraso de hora y media en el avión que nos hizo temer perder la conexión hacia Ankara en Estambul (por lo que el tuvimos que demostrar nuestra buena forma por los pasillos del aeropuerto de la capital turca). Cuando llegamos a la zona de embarque nos encontramos con un nuevo retraso y el avión hacia Ankara en vez de a las 20:50 despegó a las 23 horas. Otra hora más de trayecto para llegar a Ankara a medianoche y aún nos faltaban dos horas de autobús hasta el destino. Además a otro de los equipos que se dirigía al Campeonato les faltaban cinco maletas con lo que les proponían esperar al siguiente vuelo, cuya llegada estaba programada a la una de la madrugada para salir todos juntos. Ante este panorama y las advertencias del mal estado de las carreteras la responsable de la expedición Amaia Piedra tomó la decisión de quedarnos en Ankara y reanudar el viaje por la mañana. A las dos de la madrugada por fin logramos encontrar un lugar para dormir y a las diez y media de la mañana hemos subido al autocar. Pero ahí no ha terminado la
aventura, el trayecto ha sido muy complicado por la nieve y hemos tardado cuatro horas y media en hacer 247km (lo previsto eran dos horas).
Más de treinta horas en total que nos han privado de poder ver el circuito, que según nos han enseñado está cubierto también de nieve. Esperamos que esta dura experiencia se olvide mañana con un buen puesto.